Este 31 de agosto, a las 12 de la mañana, se celebra una nueva edición de la Tomatina de Buñol. Esta fiesta se ha convertido en todo un suceso mundial. La afluencia de participantes procedentes de todas las latitudes y el interés cada vez más creciente de los medios de comunicación internacionales, propició que esta fiesta fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
La tradición de la Tomatina de Buñol se inició el último miércoles de agosto del año 1945. Todo comenzó cuando un grupo de jóvenes que se encontraban en la plaza del Pueblo para presenciar un desfile de gigantes y cabezudos, se aburrieron y decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva del desfile. Accidentalmente hicieron que se cayera un participante que, molesto por la actitud de los jóvenes, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Resultó que allí había un puesto de verduras y la gente empezó a tirarse tomates hasta que intervinieron las autoridades. Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado, esta vez trayendo los tomates de su casa, y así sucesivamente a lo largo de los años. Aunque la Policía disolvió la batalla en cada una de esas ocasiones, cada año se repetía la misma historia con la única excepción de un breve periodo en los años 50 en los que la fiesta fue cancelada hasta que reapareció por la presión popular.
Si vas a asistir, ten en cuenta que entre las recomendaciones ofrecida por los organizadores está aplastar los tomates antes de lanzarlos, de esta forma, el golpe será menos contundente. Es importante mantener una distancia prudencial con los camiones. Y al final, para ducharse, la Municipalidad ha dispuesto de varios puntos de agua donde los asistentes podrán quitarse los restos de tomate.
No olvides que para poder asistir es necesario haber reservado entrada (¡hazlo con antelación!) y se recomienda llegar un par de horas antes porque tendrás que identificarte para poder acceder al recinto.