Hasta el 9 de noviembre de 2025, el IVAM Centre Julio González de València acoge la exposición ¡Eso no es cómic!, una propuesta que invita a repensar los límites del cómic como medio artístico. La muestra reúne obras de creadores que, desde diferentes disciplinas, han explorado el lenguaje del cómic fuera de sus márgenes tradicionales, estableciendo conexiones con el arte contemporáneo, la performance o la instalación.
A través de un recorrido provocador y sugerente, la exposición plantea preguntas sobre qué se considera cómic y cómo se relaciona con otras formas de expresión visual. El visitante se encontrará con propuestas que no buscan contar historias al uso, sino experimentar con la narración secuencial, el dibujo y el espacio desde perspectivas nuevas y, en ocasiones, desconcertantes.
Cómic expandido: más allá de la página
Uno de los ejes centrales de la muestra es la noción de cómic expandido, es decir, obras que utilizan las herramientas propias del cómic (viñetas, bocadillos, secuencias) pero trasladadas a otros formatos como el mural, la instalación, el vídeo o el objeto escultórico. Esto rompe con la idea del cómic como producto editorial cerrado y lo transforma en una experiencia abierta.
Esta apertura formal permite que los artistas trabajen con el cómic como un lenguaje más que como un género, y lo integren en prácticas contemporáneas que cuestionan las formas de lectura, la relación con el espectador y los propios mecanismos de narración. Es una forma de arte que no solo se mira, sino que se vive con el cuerpo y la mente.
Artistas que dialogan con el cómic desde los márgenes
La exposición incluye trabajos de creadores que han decidido explorar las fronteras entre la historieta, el arte conceptual y la experimentación visual, muchos de ellos alejados de los circuitos comerciales del cómic convencional. Sus propuestas no responden a géneros como el manga, el superhéroe o la novela gráfica, sino que abren caminos nuevos.
Estos artistas convierten las viñetas en herramientas de pensamiento crítico, de juego visual o incluso de resistencia política. El resultado es un conjunto de obras que pueden desconcertar al espectador más tradicional, pero que también ofrecen nuevas formas de entender la relación entre imagen, texto y tiempo narrativo.
Una exposición que se mueve entre el humor y la crítica
El título ¡Eso no es cómic! funciona como una declaración provocadora, pero también como una ironía cargada de sentido. Muchas de las obras juegan con el humor, el absurdo o la ruptura de expectativas como herramientas para cuestionar el propio medio. Al mismo tiempo, se detecta una fuerte carga crítica hacia los límites del mercado del arte y de la industria editorial.
El visitante no solo se enfrenta a obras inusuales, sino también a reflexiones sobre el papel del artista, la autoría, la distribución y el consumo cultural. El cómic, entendido aquí como lenguaje, se convierte en vehículo de comentarios afilados sobre el arte contemporáneo, la sociedad y los propios mecanismos de legitimación del gusto.
Un montaje que invita a perderse
La escenografía de la exposición refuerza su carácter lúdico y experimental. Lejos de los recorridos lineales, el espacio está planteado como un conjunto de zonas que invitan a explorar sin un camino fijo, permitiendo que cada visitante construya su propia lectura. Es un montaje que respeta el caos y la libertad que muchas de las obras proponen.
Las salas combinan piezas en distintos soportes, creando contrastes que estimulan la percepción. Algunos rincones sorprenden por su intimidad, otros por su fuerza visual. La sensación general es la de estar dentro de un laboratorio artístico donde las reglas han sido suspendidas y lo inesperado cobra protagonismo.
Una experiencia para quienes buscan algo distinto
¡Eso no es cómic! no es una exposición pensada para fans del cómic tradicional, aunque puede interpelarlos desde otros lugares. Es una propuesta para quienes disfrutan del arte que se arriesga, que desafía las convenciones y que abre nuevas preguntas más que ofrecer respuestas. No todo lo que se ve se entiende a la primera, pero todo lo que se ve tiene algo que decir.
Hasta el 5 de mayo, el IVAM ofrece la oportunidad de descubrir una faceta del cómic poco conocida, pero profundamente estimulante. Una experiencia que no se limita a ver viñetas colgadas en una pared, sino que propone un viaje por los intersticios del arte gráfico, donde lo narrativo se funde con lo conceptual, y donde el cómic se reinventa sin dejar de ser él mismo.
