En el corazón de Valencia, escondido como un tesoro que aguarda ser descubierto, se encuentra el Jardín de Monforte, un espacio que rebosa historia, arte y naturaleza. Este jardín no es solo un área verde más en la ciudad; es un pedazo de historia viviente, un refugio de tranquilidad y belleza que evoca tiempos pasados y ofrece un escape sereno del bullicio urbano.
El Jardín de Monforte se caracteriza por su riguroso diseño neoclásico, dividido armoniosamente entre un jardín geométrico frente a la mansión y un área más naturalista y romántica, manteniendo su estructura casi intacta desde su concepción en el siglo XIX. Originalmente propiedad del Marqués de San Juan, este espacio fue transformado bajo la dirección del arquitecto Sebastián Monleón Estellés en un jardín que hoy se considera una de las joyas verdes de Valencia.
Al pasear por sus 12,000 metros cuadrados, los visitantes pueden admirar una colección impresionante de estatuas, estanques y ornamentos cerámicos, rodeados por una diversidad de árboles, arbustos, setos y flores meticulosamente cuidados. Entre sus elementos más destacados se encuentra un estanque central que captura la mirada, así como el único jardín de Bonsáis de Europa, donde las formas artísticas de estos pequeños gigantes invitan a la contemplación.
El jardín es también un santuario para especies únicas como el Ginkgo Biloba, conocido como el árbol de los cuarenta escudos, un testigo viviente de épocas prehistóricas que aún hoy sigue asombrando por su majestuosidad y belleza.
La historia del Jardín de Monforte se remonta al huerto de la finca de recreo del Barón de Llaurí, transformado en la segunda mitad del siglo XIX en el espléndido jardín que hoy conocemos. A la muerte del Marqués de San Juan, el jardín pasó por varias manos hasta convertirse en propiedad municipal y abrirse al público en 1973, después de una cuidadosa restauración.
Una curiosidad fascinante son las estatuas de dos leones en piedra blanca de Colmenar, situadas en la entrada, que originalmente fueron esculpidas para el Congreso de los Diputados en Madrid pero acabaron en el jardín por ser consideradas demasiado pequeñas para su propósito original.
El Jardín de Monforte no es solo un espacio para el ocio y el descanso, sino también un lugar de gran valor educativo y cultural. Se ha convertido en un punto de encuentro para aquellos que buscan inspiración, tranquilidad o simplemente un momento de conexión con la naturaleza en medio de la ciudad.
Con entrada gratuita y horarios que varían según la estación (apertura a las diez de la mañana, con cierre a las seis de la tarde entre noviembre y febrero, y las diez de la noche el resto del año), este jardín es accesible para todos aquellos que deseen explorar uno de los rincones más encantadores de Valencia. Sea para un paseo solitario, una lectura tranquila bajo la sombra de sus árboles centenarios o un momento de reflexión junto a sus estanques, el Jardín de Monforte promete ser una experiencia inolvidable, un testimonio de la belleza que surge cuando el arte y la naturaleza se encuentran.