El fartón: mucho más que un acompañante de la horchata

El fartón es uno de esos productos que trascienden su propio valor gastronómico para convertirse en un símbolo cultural. Esta pieza de repostería no solo es famosa por su sabor dulce y textura esponjosa, sino también por su profundo arraigo en la tradición valenciana, especialmente ligado al acto de disfrutar de una buena horchata de chufa.

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Orígenes e historia de un bollo emblemático

Todo comenzó en los años 60 en Alboraya, un municipio que, por su estrecha relación con la horchata, se considera casi sinónimo de esta bebida. En este contexto, los hermanos Polo, panaderos locales, idearon una receta que complementara a la perfección este refresco veraniego. Buscaban un bollo que pudiera sumergirse en la horchata sin romperse y que absorbiera su sabor sin desmoronarse. Tras varias pruebas, nació el fartón, caracterizado por su forma alargada y su cobertura ligera que facilita su inmersión en la horchata sin saturarse.

La creación de los hermanos Polo no solo fue un éxito inmediato en su pueblo natal sino que, con el tiempo, su fama se extendió, haciendo del fartón un referente de la gastronomía de la región.

El meticuloso proceso de elaboración

La fabricación de fartons es un arte que requiere precisión y dedicación. La receta básica lleva ingredientes comunes como harina, azúcar, leche, mantequilla y huevos, pero la clave está en el manejo de la masa. La masa madre, esencial en la preparación, debe fermentar a un ritmo y tiempo exactos para garantizar esa textura aireada que los caracteriza. Tras el amasado, la masa se divide en tiras que se modelan cuidadosamente antes de pasar por el horno. Una vez horneados, los fartons se glasean, dándoles ese acabado brillante y apetecible que tanto los distingue.

De la tradición a la modernidad

Desde sus humildes comienzos en una panadería familiar, el fartón ha recorrido un largo camino. La demanda creciente llevó a la industrialización de su producción, permitiendo que este dulce trascendiera los límites de Valencia y se convirtiera en un producto apreciado en toda España. Sin embargo, muchas panaderías continúan elaborándolos artesanalmente, siguiendo la receta original y manteniendo viva la tradición.

El impacto del fartón va más allá de lo culinario; se ha convertido en un elemento imprescindible en la oferta turística de Valencia. Los visitantes no solo vienen a disfrutar del sol y la playa, sino también a degustar la combinación clásica de horchata y fartón, una experiencia considerada esencial en la visita a la región. Este dulce se ofrece no solo en horchaterías y cafeterías, sino también en festividades locales y mercados, donde se celebra como parte de la identidad valenciana.

Cómo crear tus propios fartones

Para preparar fartons caseros, esos dulces tradicionales valencianos perfectos para mojar en horchata, necesitarás los siguientes ingredientes y seguir un proceso detallado de elaboración. Aquí te dejo una receta básica para hacer unos 12-15 fartons.

Ingredientes para la masa:

  • 500 gramos de harina de fuerza
  • 100 gramos de azúcar
  • 25 gramos de levadura fresca de panadero
  • 2 huevos
  • 150 ml de leche entera (aproximadamente)
  • 50 ml de aceite de girasol
  • 1 pizca de sal
  • Ralladura de limón o una cucharadita de esencia de vainilla (opcional, para aromatizar)

Ingredientes para el glaseado:

  • 100 gramos de azúcar glas
  • 30 ml de agua

Preparación:

  1. Activar la levadura: Disuelve la levadura fresca en un poco de leche tibia con una cucharada de azúcar. Deja que repose unos 10 minutos hasta que comience a espumar.
  2. Hacer la masa: En un bol grande, mezcla la harina con el azúcar y la sal. Haz un hueco en el centro y añade los huevos, el aceite, la leche con la levadura y la ralladura de limón o la vainilla. Mezcla todo con las manos o con una amasadora hasta obtener una masa homogénea. Si la masa está muy pegajosa, puedes añadir un poco más de harina.
  3. Primer levado: Cubre el bol con un paño húmedo y deja que la masa repose en un lugar cálido hasta que doble su volumen, aproximadamente 1-2 horas.
  4. Formar los fartons: Una vez la masa haya levado, vuelca la masa en una superficie ligeramente enharinada y divide en porciones de unos 50 gramos cada una. Forma tiras alargadas y colócalas en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear. Deja suficiente espacio entre cada una, pues crecerán durante el segundo levado.
  5. Segundo levado: Cubre las tiras de masa con un paño y deja que reposen nuevamente en un lugar cálido durante unos 30-45 minutos.
  6. Hornear: Precalienta el horno a 200°C. Una vez los fartons hayan crecido, hornea durante 10-12 minutos o hasta que estén dorados.
  7. Preparar el glaseado: Mientras los fartons están en el horno, mezcla el azúcar glas con agua hasta obtener una mezcla homogénea. Ajusta la cantidad de agua para conseguir la consistencia deseada.
  8. Glasear los fartons: Una vez horneados, pinta los fartons con el glaseado mientras aún están calientes. Usa una brocha de cocina para distribuir el glaseado uniformemente.
  9. Dejar enfriar y servir: Deja que los fartons se enfríen completamente antes de servir. Son ideales para mojar en horchata bien fría.

Disfruta de esta deliciosa tradición valenciana en casa, perfecta para compartir en una tarde de verano.

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