Descubre la obra de Juana Francés en el IVAM: una retrospectiva imprescindible

Descubre la obra de Juana Francés en el IVAM: una retrospectiva imprescindible

El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) presenta una ambiciosa exposición dedicada a Juana Francés, una de las figuras más relevantes del arte español del siglo XX. Esta muestra ofrece una oportunidad única para recorrer las diferentes fases de su producción artística, desde sus inicios en la década de 1950 hasta sus últimos trabajos en los años 80. La exposición permite apreciar cómo su obra evolucionó con el tiempo, adaptándose a las transformaciones de la sociedad y a sus propias inquietudes creativas.

Juana Francés destacó por su capacidad de reinventarse constantemente, explorando técnicas, materiales y conceptos que la alejaban de cualquier etiqueta fija. Su trayectoria estuvo marcada por una profunda experimentación, reflejada en el uso de texturas y materiales inusuales como la arena, que incorporaba en sus pinturas para generar superficies densas y expresivas. La exposición del IVAM revisa todas estas innovaciones, mostrando cómo Francés rompió con las convenciones tradicionales para crear un lenguaje propio.

La única mujer del grupo El Paso

En el panorama artístico español de mediados del siglo XX, dominado por hombres, Juana Francés logró abrirse paso y consolidarse como una voz singular. Fue la única mujer que formó parte de El Paso, un colectivo de artistas que, influenciados por el expresionismo abstracto y el informalismo, buscaban renovar el arte en España. Su pertenencia a este grupo fue crucial en su desarrollo artístico, permitiéndole compartir ideas con figuras como Antonio Saura, Manolo Millares y Rafael Canogar.

A pesar de su integración en El Paso, su estilo pronto se desmarcó del resto de sus compañeros. Mientras muchos de sus colegas exploraban una pintura más gestual y agresiva, Francés optó por una abstracción más matérica, en la que los materiales eran los protagonistas. El uso de arena de río y pigmentos gruesos en sus cuadros no solo aportaba una dimensión táctil a sus obras, sino que también expresaba su preocupación por la materialidad y la carga simbólica de los elementos con los que trabajaba.

Exploración de la condición humana y la industrialización

Uno de los momentos más interesantes de su carrera llegó en la década de 1960, cuando abandonó progresivamente el informalismo y empezó a trabajar en una serie de obras centradas en la condición humana y la industrialización. Entre 1963 y 1983, su producción se vio dominada por la serie El hombre y la ciudad, donde plasmó una visión crítica sobre la transformación urbana y los efectos de la modernización en la sociedad.

En estas obras, la artista utilizó una paleta cromática reducida, dominada por tonos grises, negros y ocres, que reforzaban la sensación de asfixia y alienación. Las figuras humanas aparecen representadas como sombras desdibujadas, atrapadas en entornos urbanos fríos y deshumanizados. La exposición del IVAM permite al espectador adentrarse en este universo opresivo, donde la ciudad se convierte en un laberinto de estructuras inertes que aprisionan al individuo.

Esta exploración de la vida urbana y sus tensiones sitúa a Juana Francés como una precursora de las reflexiones sobre la alienación moderna en el arte español. Su mirada, profundamente crítica y poética a la vez, sigue resonando en la actualidad, en un mundo donde el crecimiento de las ciudades y la despersonalización de los espacios son debates constantes.

Un viaje a mundos submarinos y cósmicos

A partir de la década de 1980, la obra de Juana Francés dio un giro hacia la abstracción geométrica y la exploración de temas relacionados con el cosmos y las profundidades marinas. En este período, creó las series Fondos Submarinos, Cometas y Escudos, donde incorporó nuevas formas y colores que evocaban la inmensidad del universo y la energía de los océanos.

Estos trabajos muestran una faceta distinta de la artista, menos preocupada por la crítica social y más enfocada en una reflexión sobre la naturaleza y sus misterios. Las composiciones se llenan de círculos, rectángulos y estructuras flotantes que parecen estar en constante movimiento, como si fueran fragmentos de estrellas o partículas suspendidas en el agua. La textura sigue siendo un elemento clave en estas obras, pero en lugar de representar opresión o angustia, ahora transmite dinamismo y fluidez.

Esta última etapa de su producción destaca por su espíritu experimental y su deseo de seguir explorando nuevas formas de expresión hasta el final de su carrera. Con estas series, Juana Francés cerró su trayectoria artística con una propuesta visualmente impactante y conceptualmente sugerente, en la que el arte se convierte en un espacio de contemplación y descubrimiento.

Una exposición imprescindible

La exposición en el IVAM ofrece una oportunidad excepcional para redescubrir la obra de Juana Francés y su contribución al arte contemporáneo. A través de una cuidada selección de sus obras más representativas, la muestra permite entender la evolución de su lenguaje pictórico y su capacidad para abordar temas universales como la identidad, la soledad y la relación entre el ser humano y su entorno.

Visitar esta exposición no solo supone un acercamiento a la obra de una artista imprescindible, sino también un viaje a través de algunas de las inquietudes más profundas del siglo XX. Juana Francés dejó un legado que sigue vigente, y esta retrospectiva en el IVAM es una magnífica oportunidad para reivindicar su lugar en la historia del arte.


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